Rasgos existencialistas en la nueva poesía nicaragüense

Una tesis universitaria indaga sobre rasgos existenciales en tres poetas pertenecientes a la más reciente generación literaria nicaragüense: Mario Martz; Francisco Ruiz Udiel y Alejandra Sequeira.

Al estudiar la poesía nicaragüense actual es notorio que existe un rechazo a los convencionalismos y a las formalidades. Esta generación denominada Los2000 se compone justamente de poetas que no aceptan encerrarse en una etiqueta.  Cuando se incursiona en la lectura de estos, se percibe una gran carga de elementos que no suelen ser comunes en la literatura nicaragüense que se estudia en la academia, pero el hecho de que estos poetas no acepten un denominador no significa que no lo haya o que no se les pueda vincular con alguna corriente.

Esta vez se trata del existencialismo, muchos se sorprenden con el término y por supuesto hay quienes lo niegan por completo, pero al encontrar una poesía donde se habla de soledad, muerte, abandono, angustia y desilusión es necesario conectarlo con una corriente que abra puertas a estas temáticas.

El existencialismo fue en primera instancia una corriente filosófica que luego sirvió a la literatura como un arma para manifestar el rechazo del hombre hacia el mundo caótico que estaba viviendo. Pretender relacionar esta corriente con la poesía de Mario Martz, Francisco Ruiz Udiel y Alejandra Sequeira no resulta exagerado, no en vano Gioconda Belli los denominó desasosegados: “el  impulso  de  esta  generación,  que  yo  llamaría  la  Generación  del Desasosiego,  es  el  de  salirse  de  ese  entorno  podrido  donde  su  cabeza juvenil no encuentra ni reposo, ni propósito, ni guía,  y emprender el  viaje interior,  ya  sea  hacia  la  desilusión  o  hacia   la  aparente  fatalidad  de  la condición humana”.

Las obras poéticas de estos jóvenes nos revelan mucho acerca de la condición del hombre en abandono, que como advertía Sartre no encuentra en sí ni fuera de sí posibilidad de anclarse, basta con leer el título de cada obra para percibir el sentimiento angustiante y desolador en estos poetas;  Viaje al reino de los tristes, de Mario Martz; Alguien me ve llorar en un sueño, de Francisco Ruiz Udiel;  y Quien me espera no existe, de Alejandra Sequeira.

Estas producciones literarias permiten conocer al hombre rebelde y desesperado, buscando posibilidades de libertad ante él mismo y el mundo.

Por tanto, El viaje al reino de los tristes no es más que un regreso al pasado, el poeta busca su origen y es ahí donde empieza el conflicto existencial, el ya conocido y repetido cuestionamiento ¿de dónde venimos? abre puertas a la búsqueda del sentido de la vida, lo peculiar en este viaje es la forma en que se busca esa respuesta, a través de esta poesía se logran identificar técnicas como la ensoñación poética y el desdoblamiento del yo lírico que brindan posibilidades de crear espacios donde haya un encuentro con el poeta mismo.

Esa búsqueda se da por medio del pequeño Billy, personaje con quien el yo lírico logra identificarse. Juan Herrero afirma que “el mito del doble no es más que un serio problema de carácter existencial”, en efecto esto necesariamente debe ligarse a un problema de identidad en el que se retoma otro importante cuestionamiento ¿quién soy? en este sentido hay una negación del ser mismo, véase parte del poema “El sueño de Billy Blue”:

Los espantapájaros sueñan ser Billy Blue
Y este sueña ser uno de los espantapájaros
                                             [de la ciudad

Aquí no solo se aprecia ese deseo de proyectarse en otro, sino de alejarse de todo; Billy representa la niñez del hablante lírico, pero el espantapájaros solo sirve para ahuyentar el peligro, se trata entonces de un rechazo y una necesidad de apartar lo que venga hacia él. Cabe mencionar que estas regresiones se dan a través de la ensoñación poética que es donde se abre ese espacio a las soledades de niño.

¿Condenados a la soledad?

Por su parte, la poesía de Francisco Ruiz Udiel contiene una gran carga simbólica en la que la soledad se vuelve uno de los elementos principales; se trata de “Alguien” cuya condición es la de un ser abandonado, angustiado y perseguido por su pasado. A través de su poesía trae su infancia y convive con ella por medio de Andrés, personaje que lleva consigo tormentos, dolor y rabia.

Esas soledades se vuelven una tortura que se impone en la vida del poeta, en su poema “Alguien me ve llorar en un sueño” esto se hace evidente “a mi soledad la perforan voces/ y ruidos de huesos masticados por un niño” esas voces generan un dolor que se vuelve constante y palpable en el transcurso de esta poesía. En cierto momento Sartre vinculó este sentimiento al existencialismo como algo inherente al ser humano “como afirmación de mi soledad ontológica, fuera de mi nada existe” se trata también de que el hombre está arrojado al mundo.

La corriente existencialista no sólo permite identificar a un poeta ensimismado y angustiado, puesto que no se trata de darle un sentido meramente negativo; el existencialismo en realidad hace posible la vida humana, respecto a esta poesía se encuentra a un hombre rebelde y justamente atormentado porque su mundo no le genera otro sentimiento más que de rechazo.

En Francisco Ruiz también hay una poesía comprometida con el otro, en este sentido es necesario entender ¿quién es el otro? Cuando Sartre hablaba de que el hombre es enteramente libre para crearse también involucraba a los otros, como parte de la intersubjetividad y responsabilidad que se debe tener en el mundo; es decir que cuando el hombre crea su proyecto también refleja en los demás el prototipo del ser humano que se debería ser, lo que a su vez hace que haya una mayor responsabilidad. A propósito de esto, el poema “Donde vivo soy un extranjero”, muestra a un hablante lírico que da voz a seres que generalmente son despreciados por su condición, entre ellos drogadictos, prostitutas, homosexuales, madres solteras, entre otros que también llevan una carga que los atormenta, indudablemente Francisco no se aleja de la realidad, punto sobre el que también hablaba Sartre “el escritor no tiene ningún medio de evadirse, debe abrazar su época”

Ese involucramiento los lleva no precisamente a la unidad sino a un sentimiento en común, en donde según Sartre se puede elevar al  mismo tiempo a los otros a esa soledad.

Igualmente Alejandra Sequeira muestra ese vacío generado por una espera inútil de seres inexistentes; es un anhelo sin fe en el que está consciente de la realidad, su poesía  también está llena de soledad y abandono. Ese abandono está relacionado al tema del amor que también es parte de la temática que aborda; en este sentido el ser humano igualmente está solo, ausente de amor, esto se hace notorio en algunos de sus versos:

Mientras de mi soledad:
Crepitan alas
Inútiles y tristes
Como noches,
Cuando te llamo y no vienes

Esa espera que finalmente es utópica es según Albert Camus parte de la naturaleza del hombre, que siempre guarda una esperanza “encuentran  una razón para  esperar en lo que les desguarnece. Esta esperanza  forzosa  es  en todos  de  esencia religiosa”. El tiempo juega un importante papel cuando de esperar se trata, el mismo Amado Alonso se refiere a este como aquello a través del cual todo se esfuma: “es su propio efecto aniquilador. A su imperceptible contacto todo se desvanece”.

La soledad inevitablemente invade la poesía de estos jóvenes que a pesar de su condición están en búsqueda de libertad a través de las letras mismas que les permiten no sólo expresar su estado de abandono sino sus anhelos. 

La nada y el absurdo

Otro tema recurrente dentro de esta poesía es la muerte, que desde el punto de vista existencial se relaciona a la nada, pero no en un sentido negativo sino como la salida a los conflictos. Se trata de lo absurdo de la vida que según Camus se vuelve inútil. Mario Martz hace alusión a ese vacío a través de su poema “Duplicación de tu imagen”:

Estas líneas multiplican mi silencio
Multiplican mi nada
Multiplican el espacio en que habito

El poeta experimenta un encuentro en las palabras mismas, se refieren a “estas líneas” como el motivo de su vacío, al respecto Albert Camus recalcaba la absurdidad del ser:  “El  hombre absurdo entrevé así un universo ardiente y helado, transparente y limitado en el que nada es posible pero donde todo está dado, y más allá del cual sólo están el hundimiento  y  la  nada”. Es claro que el poeta experimenta ese sentimiento al multiplicar su nada y su silencio.

Lo absurdo continúa reflejándose a través de la poesía de Alejandra Sequeira quien muestra lo falsa que  puede parecerle la vida:

ya estamos muertos-piensa
sólo nos lleva tiempo
el darnos cuenta.

La poeta muestra cierto desprecio hacia la vida que finalmente no tiene ningún sentido, al reconocer la realidad, el ser humano analiza y se da cuenta de que todo es vano e inútil. Se trata de ubicarse en el plano de la conciencia y reconocerse como tal.

Por otra parte Francisco hace más claro este sentimiento de negación, inutilidad y vacío de la vida:

Nada es una palabra
Inventada por Dios
Para escupir su desprecio
Yo soy la palabra de Dios.

El poeta se reconoce como lo inexistente ante todo, tal y como lo expresaba Camus: “En este mundo devastado, la nada parece ser la única realidad”. Entonces se muestra a ese hombre condenado a su vacío invadido por el espíritu absurdo.

Indudablemente en estas obras poéticas se pueden constatar elementos ligados a la corriente existencialista que de una u otra forma permiten conocer a un yo lírico desintegrado con una visión del mundo diferente en el que se refleja un desarraigo ante su entorno y la condición del hombre que ha sido abandonado desde el principio.